Por José Luis Orellana Durán
¿Cómo? Pues sí señores, el problema de la Iglesia actual, que no lee la Biblia.... que no es capaz de escudriñar las Escrituras como aquellos de Berea. Pasan el mosquito y se tragan el camello. El problema de los que han convertido a muchos autoproclamados apóstoles y profetas, en sus héroes y mesías. Ni siquiera van con la Biblia a escuchar los mensajes, sino que creen todo lo que dice estos personajes desde sus torres.
Nos estamos convirtiendo en papagayos, en loros, repitiendo todo lo que dicen estos charlatanes y mercaderes del evangelio. Y ¿qué lo que nos queda a los pastores de Dios? Denunciar con la verdad, a través de la Santa Escritura los errores de estas personas. Y para colmo de los males, expuestos a insultos, desprecios y amenazas. No tan solo por aquellos que van como ovejitas detrás del lobo vestido de pastor, sino también por estos autoproclamados apóstoles, que si les quedaba algo, ahora amenazan desde sus tribunas a los que intenten desprestigiarlos. Así que ¡para adelante! que no se callen los hombres de sana doctrina, porque el Evangelio de Nuestro Señor JEsucristo no puede ser llevado a los negocios de estos apóstatas.